miércoles, 2 de abril de 2008

Mil y Una Noches.

Arena, por todos lados, arena, por doquier, el sargento del cuarto peloton de infanteria de rangers llevaba todo el dia sacudiendose la arena de Karbala, una ciudad al sur de Bagdad.

Sargento Myers, Tirador Experto, hecho uno con su fusil de precision, con buena vision del objetivo era capaz de eliminar un raton a un kilometro de distancia, pero ese dia no tenia buena vision del objetivo.

Maldecia la tormenta, una tormenta de arena que duraba dias, tres dias llevaba en su posicion de aquel edificio desvencijado de la plaza principal de la ciudad, tres dias que le habian parecido mil y una noches en aquel lugar milenario, no llevaba uniforme, iba encubierto para no despertar sospechas, si algun hombre miraba hacia esa ventana solo veria un hombre con vestimenta arabe mirando fijamente al otro lado de la plaza.

Su radio habia dejado de funcionar hacia unas horas, solo funcionaba de vez en cuando y no enviaba transmisiones por si le delataba, tenia un tiempo limite y orden de eliminar el objetivo en cuanto lo localizara. Miraba atentamente a aquel edificio esperando ver un coche, que por fin habia llegado.

Rapidamente alcanzo su rifle y lo ajusto a la distancia y la velocidad del viento, seco el sudor de su parpado y sus manos, y comenzo su rezo de concentracion: " Señor, hazme rapido y preciso, no me permitas caer en la deshonra de fallar a mis camaradas, dame el poder ser el instrumento de la muerte..." Apenas susurraba estas palabras antes de apretar el gatillo....

2 comentarios:

Isabel dijo...

Aaaaaaaaaaaaaaaah, pero no nos dejes así, con lo que mola la historia, jo.

Esperaré con ganas el siguiente relato, que te veo muy activo últimamente.

Por cierto gracias por visitar mi blog.

Un saludo

Unknown dijo...

jeje, el relato termina ahi para dar ganas de leer el siguiente :P , agradezco que visites mi blog visitando el tuyo ;). y gracias!! . Fuerza y Honor.