martes, 1 de abril de 2008

Rastreando

El sol rayaba el horizonte, amanecía, caminaba pesadamente un hombre entre los arboles, la nieve se derretia y sus pies apenas atinaban a continuar sobre el barro. Vestía como cualquier otro de los soldados de su batallon, el uniforme reglamentario de los rangers en el año 1943, acompañado de una gabardina para el frio.

Su mision era la peor mision que pueden encargarle a un soldado....encontrar al enemigo, llevaba 6 horas caminando sin parar, el peso de su fusil no le acompañaba, pues su mision no era combatir sino avistar al enemigo y correr. Apenas llevaba su mapa, la brujula y la cantimplora.

Sus ojos cansados y vidriosos apenas a podian ver unos metros a la redonda entre la niebla matutina, habia salido desde Saint Sauver con destino el rio que cruzaba entre esta ciudad y Carentan, ya oia el primer agua del rio que bajaba con el deshielo de la primavera, cuando fue otro sonido el que le hizo detenerse, un silbido, un silbido conocido, un silbido que lleno sus oidos antes de caer al suelo herido, lo ultimo que vio fue su pecho recibiendo la sangre que manaba de su cuello y su mano derecha sosteniendo el mapa.

Habia cumplido su mision, Habia encontrado al enemigo.

Diez dias despues los aliados tomaban carentan, y este soldado anonimo, rastreador casual y ranger voluntario era enterrado, con los honores de un heroe de guerra, corazon purpura y mencion honorifica.

2 comentarios:

Isabel dijo...

Una historia sobrecojedora.
Me alegra ver que vuelves a escribir

Un saludo

Unknown dijo...

A mi me alegra que sigas pasandote por aqui, la verdad es que no estaba muy inspirado y me ha quedado un tanto plana, pero weno ya vendra la inspiracion, gracias por comentar ;)