Un hombre andaba por la llanura, caminaba pesadamente como si apenas pudiera incoporarse, su espada manchada de sangre, su escudo abollado y su cota de malla rota en un corte por el cual había manado su propia sangre hasta que un vendaje detuvo la hemorragia.
En su camino repleto de cadáveres en reposo, reconoce soldados con los que combatió, soldados a los que combatió, oficiales, armas arrojadas... No buscaba nada en absoluto pero lo encontró, apenas podia distinguir los rasgos de su amigo, quien habia combatido a su lado y de quien se separó en el fragor de la batalla....pone su mano en el pecho de su amigo como despedida y sigue andando...
Está solo en una gran extensión a lo lejos no oye ruidos de combate, se sienta en una roca y piensa, que despues de todo, ni siquiera sabe si han ganado la batalla....
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4 comentarios:
ahà, sabias reflexiones.
repasate el texto , has puesto "secudo". ;)
Fuerza y Honor.
ya sta gracias;).Fuerza y Honor.
Preciosa historia épica en la que se muestra otra perspectiva de cierto tipo de batallas que nos resultan tan atractivas.
Un saludete majos
como siempre unas preciosas palabras.
con tu toque personal a la hora de relatarnos tus batallas...
un besito
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